Baltasara:
Como no tengo fortuna,
te dejo un ramito de versos
a los pies de tu cuna
(si a “eso” donde estás se le puede llamar cuna)
(Las Tres Reinas se arrodillan y recitan a coro ofreciéndole
el puchero.)
Las tres Reinas:
Sopitas de leche
con pan y escabeche,
que el Niño que hace,
verás lo que hace.
Baltasara:
Verás como ama.
Gaspara:
Verás como crece.
Las tres Reinas:
Llevemos al Niño
sopitas de leche
con pan y escabeche…
Melchora:
(Dirigiéndose a la Virgen)
Dulce Señora,
tallo florido,
¿me dejas un poco
tener al Niño?
Déjamele,
que nunca he tenido
un clavel como él.
Gaspara:
(Dirigiéndose a San José.)
Dulce José,
varón elegido,
¿me dejas un poco
tener al Niño?
Dejamelé,
que nunca he tenido
tantísima sed.
Baltasara:
Y a mí, dulce José,
santo querido,
¿me dejas un poco tener al Niño?
Déjamele,
que nunca he tenido
en mis brazos un rey.
(Baltasara coge al Niño y le alza en sus brazos)
Melchora:
Todo es bello en el Niño,
pero sus ojos,
no sé qué tiene, madre
que me enamoro.
Gaspara:
Todo es bello en el Niño,
pero su Madre
parece un paloma
por blanca y suave.
Baltasara:
Todo es bello en el Niño,
pero su Idea,
es lo más bello, madre,
sobre la tierra.
(Baltasara deja al Niño sobre el pesebre.)
Baltasara:
Hermoso Niño:
Somos las reinas de Oriente.
Por primera vez en la historia
venimos nosotras a darte gloria.
Venimos de parte de nuestros esposos,
Melchor, Gaspar y Baltasar.
Yo soy Baltasara, y aquí,
Melchora y Gaspara.
Gaspara:
Te traemos presentes
-son los de siempre-, incienso, mirra,
y un poco de oro para tus pastores,
que son los que más lo necesitan.
Baltasara:
Hemos venido nosotras,
(triste) porque nuestros esposos…
están en las guerras…
Mi Baltasar está en Camboya.
Melchora:
Mi Melchor lucha en Oriente.
Gaspara:
Mi Gaspar fue prisionero
y ahora está convaleciente.
GLORIA FUERTES