Realizar un buen lavado de manos antes de manipular tus ojos o tus lentillas es fundamental. Utiliza jabón neutro a ser posible sin aceites ni perfumes e incluso un cepillo para tus uñas. Dedícale tiempo al frotado y aclara bien para eliminar la espuma generada. Cuando te seques las manos, si puedes, hazlo con papel desechable. Las toallas de algodón pueden dejar fibras en tus dedos que pasarían fácilmente a tus ojos o lentillas y resultarían molestas.
El agua del grifo trae consigo bacterias y amebas, de modo que, es muy importante que no quede ninguna gota en tus manos antes de manipular tus ojos o tus lentillas. Por este motivo nunca aclares tus portalentes con agua corriente, sólo con soluciones preservadas como el suero fisiológico, solución salina o solución única.
