Eclipse solar: cómo verlo sin dañar tus ojos

Un eclipse solar se debe a la interposición de la Luna entre la Tierra y el Sol, dependiendo de dónde te encuentres podrás percibirlo como Total, anular o parcial. En cualquiera de los tres casos debes extremar las precauciones. Visualiza este vídeo para saber qué hacer y qué no, a la hora de disfrutar de este tipo de evento estelar.

El Sol nunca está totalmente cubierto en los eclipses, salvo unos segundos del eclipse total, por lo que mirarlo sin la protección adecuada puede causar daños graves e irreversibles en tus ojos. Nunca mires al Sol a simple vista y tampoco lo hagas con cámaras de fotos o de vídeo, ni telescopios o prismáticos a no ser que estén previamente protegidos con filtros solares específicos.

La única manera segura para verlo es utilizar gafas especiales para eclipse de al menos un índice de 5.0 o filtro de soldador nº 14, ambos con la certificación CE.

Úsalas de manera estática, evitando moverte o caminar con ellas, ya que son de visibilidad muy reducida. En el caso de usar gafas graduadas, las puedes utilizar encima de éstas. No permanezcas más de 3 minutos seguidos mirando al Sol, realiza descansos de al menos 30 segundos.

Las gafas de sol no son aptas para la observación del fenómeno, aún siendo polarizadas o de gran calidad. No uses radiografías, negativos fotográficos etc. Por su coloración, todos ellos pueden darte una falsa sensación de seguridad y provocar lesiones en tu retina de forma indolora e irreversible.

La observación indirecta es segura, se trata de una observación por proyección: puedes hacerla sobre un papel, una pantalla, una pared o suelo. Sitúate de espaldas al Sol y sujeta un utensilio con una o varias perforaciones de escasos milímetros de diámetro. Fíjate en la sombra que se genera y observa cómo el “bocado de Sol” prolifera. Basados en este principio se han diseñados diferentes instrumentos como el Telescopio Icarus o cámaras oscuras fabricada en cartón.

Aún así, ante cualquier duda consúltanos.