El papel que desempeña la lágrima en tus ojos es muy importante: protege tus ojos contras las infecciones, nutre y limpia los tejidos de la superficie ocular y proporciona una correcta visión, ya que forma parte de la óptica de tus ojos. La integridad de la superficie ocular es fundamental para que te sientas cómodo/a y sin síntomas.
Si la cantidad y/o la calidad de tu lágrima están alteradas puedes tener la sensación de arenilla, cuerpo extraño, picor, enrojecimiento… incluso lagrimeo, aunque parezca paradójico. Los problemas de sequedad ocular leve o moderada resultan incómodos y molestos. A continuación, te damos 9 consejos para reducir tu sequedad ocular:
Si realizas una higiene ocular diaria, tus ojos te lo agradecerán y estarás contribuyendo a que la calidad de tu lágrima sea mejor. De este modo tendrás una visión más estable y confortable.
1. Limpia el contorno de tus ojos: párpados, cejas y pestañas. Puedes llevarla a cabo con Toallitas de Higiene Palpebral o soluciones envasadas para aplicar con gasas estériles. El movimiento debería ser de arriba-abajo en el párpado superior y al contrario en el inferior. Fricciona en los bordes y base de las pestañas.
2. Lava tus ojos con Baño Ocular preparado para tal caso y con el ojo abierto. El Suero Fisiológico también sirve para un lavado de emergencia pero no hidrata, más bien todo lo contrario, debido a las sales que contiene.
3. Aplica lágrima artificial y espera a que tus ojos la absorban llevando la mirada hacia arriba y tirando suavemente de tu párpado inferior hacia abajo. No cierres los párpados inmediatamente.
4. Usa siempre gafa de sol homologada en exteriores para evitar que el aire o el viento faciliten la evaporación de tu lágrima.
5. Evita la exposición directa de tus ojos a los aires acondicionados o calefacciones tanto en casa, como en el trabajo o en el coche. Intenta aumentar la humedad del ambiente utilizando humidificadores.
6. Protege tus ojos con gafas adecuadas de vapores irritantes o del cloro en las piscinas.
7. Sé consciente de tu parpadeo e intenta hacerlo con frecuencia, uno cada tres segundos. Sobre todo si permaneces mucho tiempo delante de una pantalla digital. Procura realizar descansos de al menos, 5 ó 10 minutos por cada hora.
8. Introduce en tu alimentación frutas y verduras, sobre todo de hoja verde y ancha. Consume alimentos ricos en Omega-3 como el salmón, la sardina, caballa… También frutos secos, cereales y legumbres que te aportarán zinc.
9. El sueño también interviene en la humedad de nuestros ojos. Mientras dormimos, fabricamos la lágrima que utilizaremos durante todo el día. De modo que es esencial que tengas un sueño reparador para contar con una calidad y cantidad de lágrima suficiente.
A veces los trastornos hormonales, la polución y ciertos medicamentos pueden favorecer la sequedad en tus ojos.
Esperamos que estos consejos hayan servido para ayudarte. Consúltanos si tienes alguna duda al respecto.